¿Alguna vez te has topado con libros difíciles? Se trata de obras literarias o escritos académicos que parecen haber sido hechos solo para los más entendidos. Nos encanta la presentación, la temática… Sin embargo, cuando lo tenemos enfrente pareciera que no está escrito en español. Leemos y releemos y es inútil. No lo entendemos. Hay ciertos libros que requieren de más cuidado y atención que otros, pero eso no quita que engloban las grandes ideas de un autor/a exitoso.
Pero ¿es posible terminarlo, aun cuando no lo entiendas? ¿Se puede entender el significado total del texto? Sí, en Grupo Gómez Aparicio te vamos a contar todas las claves y trucos que hemos ido adquiriendo con la experiencia para ayudarte a leer mejor y dominar el tema del libro que tengas delante. Cuando termines, podrás decir con alegría que te has vuelto experto/a en la materia. A partir de ahí, comenzarás a disfrutar de la lectura de una manera diferente.
Busca un lugar cómodo para leer
Para entrar en materia, debes tener ordenado el espacio en el que vas a leer. Encuentra un rincón con poco o nada de ruido y con la temperatura adecuada. Evita toda distracción que pueda interponerse entre vosotros. Vuestra historia de amor no podrá empezar si hay terceros en discordia.
Reserva un tiempo para conoceros bien y así poder llegar a entenderos. La lectura será más eficiente y productiva si estás sentado/a en una silla o sofá que te inspira, en la que te sientes cómodo/a, que te permite tener una buena postura, etcétera.
El lugar que escojas para leer libros difíciles debe tener, además, una buena iluminación. Asegúrate de que no te entrará fatiga después de unos minutos. Eso podría agobiarte y hacer todavía más complicada la lectura.
Contextualiza e investiga antes de leer libros difíciles
Con saber “de qué va” la obra que tienes delante, no entenderás los libros difíciles. Si sabes que vas a leer de un tema complicado, contextualízate e investiga antes de comenzar. Incluso si ya lo has comenzado y lo has dejado porque no lo entendías, prueba a hacerlo y comenzar de cero. Esta actividad incluye buscar información sobre el autor, la obra y el significado de las palabras desconocidas. Una de las mayores ventajas que aporta la escritura es la ampliación de vocabulario, un reto que puedes proponerte para aumentar tu motivación.
Tampoco pases por alto los pies de página, prólogos y epílogos. Pueden ampliar el panorama y ayudarte a comprender mejor los libros difíciles.
Relee siempre que lo veas necesario
No importa si tienes que leer lo mismo dos, tres, cuatro, cinco o 100 veces. Lo importante es que entiendas la lectura que tienes por delante y avanzar en tus conocimientos. Solo estaréis el libro y tú, así que nadie se enterará ni te juzgará si tienes que releer muchas veces. No te limites pensando que no es para ti o que es demasiado complicado. Llegará un momento en que lo entenderás todo y te darás cuenta de que no era para tanto.
Incluso puedes leer en voz alta los fragmentos que no entiendas, un tip que puedes implementar varias veces y te ayudará enormemente.
Deja al texto descansar
Puede que, aun leyendo varias veces, sigas sin entender qué ha querido decir el autor y no está mal. Cuando queremos entender a toda costa un texto nuestra mente puede nublarse. Para volver a estar en sintonía con el texto y no dejarte llevar por los sentimientos de agobio, deja descansar el texto. O sea, quédate un rato sin leer un rato o déjalo para el día siguiente. Permite que tu mente se disperse y la próxima vez que lo leas empezarás a conectar mejor las ideas y puede que tardes menos tiempo en sacar lo que el autor pretende transmitir.
Resume los libros difíciles
Hay una eterna discusión sobre si rayar los libros es un sacrilegio o no, por lo que, sin entrar en polémica, lo que sí es cierto es que resumir los libros difíciles puede ayudarte a comprenderlos mejor. No tienes que hacerlo necesariamente subrayando los libros si no te gusta esta práctica. Puedes ir anotando en una libreta aparte tus pensamientos e ir leyéndola cada vez que vas a empezar a leer. Usa marcapáginas y hojas aparte, anotando los fragmentos que más te han gustado o lo que no quieres dejar pasar bajo ningún concepto.
Así tendrás una visión más clara del libro, recordarás las ideas principales y seleccionarás todo lo que te parece importante.
Lee reseñas del libro
Este punto es útil, aunque debe tomarse con responsabilidad. Cada lector/a realiza su propia lectura del texto. Es decir, puede que tu testimonio después de leer una obra no sea el mismo que el de otra persona que también la ha leído. Leer reseñas y comentarios en internet o en diferentes medios de comunicación puede ayudarte a comprender distintos puntos de vista y reparar en cosas que tú no has reparado.
Sin embargo, esta práctica también puede condicionarte. Es por eso que lo primero sería investigar por tu cuenta fuentes objetivas que te hablen sobre el contenido y su autor, informarte sobre posibles términos que puedan aparecer, leerlo un poco y hacerte una idea y después lanzarte por reseñar y estudios sobre el libro. No hace falta que lo termines, puedes leerlas mientras lo lees, pero lo relevante es que no te condicione y que la opinión que forjes sea 100% tuya.
Seguir estos consejos te ayudará a desarrollar tu propia capacidad de reflexión, forjar tus propias ideas y confrontarlas con las lecturas que hagan otros. Enriquecerás la lectura de libros difíciles y muchas otras que vengan después. Aceptar el reto de “devorarte” una obra que parece complicada puede ser la puerta hacia un mundo tan maravilloso como desconocido.
Ahora ya sabes cómo enfrentar a esos libros con los que pareces tener una relación de amor-odio. Deseamos que nuestros consejos te ayuden a disfrutar de una lectura agradable y eficiente. ¡No dejes de contarnos tu experiencia!